HISTORIA DE LA CERAMICA DE RUIZ DE LUNA Nº 14
La tercera etapa se inicia el 1 de mayo de
1942 con la firma del contrato de arrendamiento
de la fábrica por el fundador a
cuatro de sus hijos: Juan, Rafael, Antonio
y Salvador. El cierre de la misma el 1 de
abril de 1961 pone fin a aquel ilusionante
proyecto que en este año conmemoramos
su centenario.
Fueron años difíciles por la situación en que
la Guerra Civil había dejado el país y la propia
fábrica, que hubo de ser reconstruida
sin ninguna ayuda en 193715. La situación arrendaticia se prorrogó hasta la muerte de
Juan Ruiz de Luna el día 25 de septiembre
de 1945, en que pasó a ser propiedad de
los hermanos que la dirigían, repartiéndose
los cometidos dentro de la misma.
El director artístico de esta etapa fue Juan
Ruiz de Luna Arroyo, hijo del fundador,
quien había nacido en Talavera en 1899.
Cuando se abrió el alfar se implicó desde un
principio en el mismo y vio la necesidad de
obtener una formación dirigida al sector de
la cerámica artística, por ello decidió matricularse
en 1914 en la Escuela de Cerámica
de Madrid, a la que la fábrica se sentía muy
vinculada y había ayudado en no pocas
ocasiones, dada la buena relación entre el
fundador y el director de la Escuela, Francisco
Alcántara [Cat. 43]. Posteriormente
se matriculó en la Escuela de Bellas Artes
de San Fernando, entre cuyos profesores
contó con Joaquín Sorolla, y completó su
formación en París pensionado por la Junta
de Ampliación de Estudios del Ministerio
de Educación Nacional (1925). Destaca en
el taller por la elaboración de bocetos para
azulejería aplicada a la arquitectura, de cuyas
obras contamos en Madrid con bastantes
ejemplos. En este tipo de bocetos, alguno
de ellos en nuestra exposición [Cat. 19,
21, 23 – 26], se puede observar la soltura y
calidad del artífice, así como el dominio de
la técnica de la acuarela.
Desde muy temprano participó en exposiciones
por toda España. En 1920 concurrió
a la colectiva del Circulo de Bellas Artes con
distintas obras, una de la cuales fue un óleo
con el patio del Convento de Santa Paula
de Sevilla; este óleo fue llevado a la cerámica
por el propio Juan en una placa que
hoy podemos contemplar en la exposición
[Cat. 44]. Esta placa reafirma lo dicho sobre
su destreza y el carácter pictórico que supo
infundir a muchas de sus realizaciones ceramicas Otra de sus pinturas, también en
nuestro catálogo, es el retrato al óleo que
realizó a su padre [Cat. 3 y 4]. En 1928,
fue galardonado con medalla de oro por el
lienzo Telares de Talavera en el Círculo de
Bellas Artes de Toledo.
En 1922 se trasladó a Madrid para regentar
la tienda que la fábrica abrió en la calle
Floridablanca. Esta presencia le sirvió para
establecer contactos de los que derivarían
gran cantidad de encargos, así como
las muestras a realizar en distintas ciudades
de España y del extranjero, como se
deduce de la correspondencia que dirigía
a su padre en estos años16. Como ejemplo
de sus muchas obras en esta tercera etapa
[Cat. 45] citaremos el proyecto para la
Fuente Monumental de Rosario de Santa
Fe (Argentina), los zócalos de la Facultad
de Letras de Valladolid y el púlpito para la
Ermita de Nuestra Señora del Prado.
En 1933 se traspasó la tienda y él y su familia
se instalaron en Talavera17, donde volvió
a trabajar en la fábrica hasta su cierre en
1961, momento en el que decidió trasladarse
a vivir a Málaga; allí montó su propio
taller de cerámica. Los otros dos hijos del
fundador, Rafael y Antonio, desempeñaron
también en esta tercera época un papel
fundamental.
Rafael Ruiz de Luna Arroyo nació en 1910 y
pasó toda su vida en el alfar hasta su cierre.
Destacó como buen dibujante, aun cuando
no tuvo la soltura pictórica de su hermano
Juan [Cat. 46 – 48]. Pintaba junto a éste y
controlaba los hornos con su hermano Antonio.
Pero sin duda alguna, la labor en la
que sobresale como creador único es en
los esmaltes, ámbito en el que alcanza un
dominio técnico y artístico absoluto; una
faceta que le permitió además entablar colaboraciones
con escultores como Juan de
Ávalos.
1942 con la firma del contrato de arrendamiento
de la fábrica por el fundador a
cuatro de sus hijos: Juan, Rafael, Antonio
y Salvador. El cierre de la misma el 1 de
abril de 1961 pone fin a aquel ilusionante
proyecto que en este año conmemoramos
su centenario.
Fueron años difíciles por la situación en que
la Guerra Civil había dejado el país y la propia
fábrica, que hubo de ser reconstruida
sin ninguna ayuda en 193715. La situación arrendaticia se prorrogó hasta la muerte de
Juan Ruiz de Luna el día 25 de septiembre
de 1945, en que pasó a ser propiedad de
los hermanos que la dirigían, repartiéndose
los cometidos dentro de la misma.
El director artístico de esta etapa fue Juan
Ruiz de Luna Arroyo, hijo del fundador,
quien había nacido en Talavera en 1899.
Cuando se abrió el alfar se implicó desde un
principio en el mismo y vio la necesidad de
obtener una formación dirigida al sector de
la cerámica artística, por ello decidió matricularse
en 1914 en la Escuela de Cerámica
de Madrid, a la que la fábrica se sentía muy
vinculada y había ayudado en no pocas
ocasiones, dada la buena relación entre el
fundador y el director de la Escuela, Francisco
Alcántara [Cat. 43]. Posteriormente
se matriculó en la Escuela de Bellas Artes
de San Fernando, entre cuyos profesores
contó con Joaquín Sorolla, y completó su
formación en París pensionado por la Junta
de Ampliación de Estudios del Ministerio
de Educación Nacional (1925). Destaca en
el taller por la elaboración de bocetos para
azulejería aplicada a la arquitectura, de cuyas
obras contamos en Madrid con bastantes
ejemplos. En este tipo de bocetos, alguno
de ellos en nuestra exposición [Cat. 19,
21, 23 – 26], se puede observar la soltura y
calidad del artífice, así como el dominio de
la técnica de la acuarela.
Desde muy temprano participó en exposiciones
por toda España. En 1920 concurrió
a la colectiva del Circulo de Bellas Artes con
distintas obras, una de la cuales fue un óleo
con el patio del Convento de Santa Paula
de Sevilla; este óleo fue llevado a la cerámica
por el propio Juan en una placa que
hoy podemos contemplar en la exposición
[Cat. 44]. Esta placa reafirma lo dicho sobre
su destreza y el carácter pictórico que supo
infundir a muchas de sus realizaciones ceramicas Otra de sus pinturas, también en
nuestro catálogo, es el retrato al óleo que
realizó a su padre [Cat. 3 y 4]. En 1928,
fue galardonado con medalla de oro por el
lienzo Telares de Talavera en el Círculo de
Bellas Artes de Toledo.
En 1922 se trasladó a Madrid para regentar
la tienda que la fábrica abrió en la calle
Floridablanca. Esta presencia le sirvió para
establecer contactos de los que derivarían
gran cantidad de encargos, así como
las muestras a realizar en distintas ciudades
de España y del extranjero, como se
deduce de la correspondencia que dirigía
a su padre en estos años16. Como ejemplo
de sus muchas obras en esta tercera etapa
[Cat. 45] citaremos el proyecto para la
Fuente Monumental de Rosario de Santa
Fe (Argentina), los zócalos de la Facultad
de Letras de Valladolid y el púlpito para la
Ermita de Nuestra Señora del Prado.
En 1933 se traspasó la tienda y él y su familia
se instalaron en Talavera17, donde volvió
a trabajar en la fábrica hasta su cierre en
1961, momento en el que decidió trasladarse
a vivir a Málaga; allí montó su propio
taller de cerámica. Los otros dos hijos del
fundador, Rafael y Antonio, desempeñaron
también en esta tercera época un papel
fundamental.
Rafael Ruiz de Luna Arroyo nació en 1910 y
pasó toda su vida en el alfar hasta su cierre.
Destacó como buen dibujante, aun cuando
no tuvo la soltura pictórica de su hermano
Juan [Cat. 46 – 48]. Pintaba junto a éste y
controlaba los hornos con su hermano Antonio.
Pero sin duda alguna, la labor en la
que sobresale como creador único es en
los esmaltes, ámbito en el que alcanza un
dominio técnico y artístico absoluto; una
faceta que le permitió además entablar colaboraciones
con escultores como Juan de
Ávalos.
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