La respuesta de los socios fue la no renovación
de la sociedad en 1915, distribuyéndose
el capital invertido de 21.666’27 pesetas
entre los cuatro socios. Juan Ruiz de
Luna, sin embargo, decidió continuar con
la fábrica, concretando un plazo de cinco
años para pagar su parte correspondiente a
cada uno de los otros socios: Platón Páramo,
José Gallego y Benito y Manuel Casas
y Gallego. Concluido ese plazo, además,
la fábrica ya habría pasado enteramente
a manos de Ruiz de Luna, pues en 1919
compraría el edificio al Marqués de Villatoya 21.
Comenzaba así una nueva época en la que
Luna, sin embargo, decidió continuar con
la fábrica, concretando un plazo de cinco
años para pagar su parte correspondiente a
cada uno de los otros socios: Platón Páramo,
José Gallego y Benito y Manuel Casas
y Gallego. Concluido ese plazo, además,
la fábrica ya habría pasado enteramente
a manos de Ruiz de Luna, pues en 1919
compraría el edificio al Marqués de Villatoya 21.
Comenzaba así una nueva época en la que
Juan Ruiz de Luna continúa como
director-gerente, Francisco Arroyo ocupa
el cargo de apoderado general y encargado
de todos los talleres, Antonio Arpa es el
encargado del personal del taller de pintura
artística –nunca antes se había mencionado
a este pintor, posiblemente sevillano,
que sirvió como transición entre Enrique
Guijo y Francisco Arroyo22 [Cat. 36 y fig.
6]–, Antonia Arroyo la encargada del taller
de pintura industrial y Julián Romero el encargado
de tornos, hornos, de peones y demás
obreros de movimientos de labores23.
La fábrica vive a partir de estos momentos
una época dorada; sin la rémora de sus
socios, Juan Ruiz de Luna se ve libre para
llevar a cabo todos los proyectos necesarios
para consolidar la fábrica, ampliar su
producción y expandir su mercado [Cat. 15
– 17]. Se cumplen ahora viejos proyectos
como la ampliación tanto de la fábrica de
cerámica artística como la de materiales de
construcción “San Francisco de Asís” o la
inauguración de una tienda-exposición en
Madrid en la calle Floridablanca, 3 (1922)
[Cat. 119]. La fábrica emprende sus más
ambiciosos proyectos y, en justa recompensa,
obtiene todo tipo de elogios, recompensas
y premios (véanse en la cronología
adjunta: 1915 – 1936)
Esta edad de oro se prolongaría hasta
1936, momento en el que la fábrica se enfrenta
a un nuevo periodo crítico con motivo
de la Guerra Civil. El Ayuntamiento de
Talavera de la Reina conserva un retablillo
director-gerente, Francisco Arroyo ocupa
el cargo de apoderado general y encargado
de todos los talleres, Antonio Arpa es el
encargado del personal del taller de pintura
artística –nunca antes se había mencionado
a este pintor, posiblemente sevillano,
que sirvió como transición entre Enrique
Guijo y Francisco Arroyo22 [Cat. 36 y fig.
6]–, Antonia Arroyo la encargada del taller
de pintura industrial y Julián Romero el encargado
de tornos, hornos, de peones y demás
obreros de movimientos de labores23.
La fábrica vive a partir de estos momentos
una época dorada; sin la rémora de sus
socios, Juan Ruiz de Luna se ve libre para
llevar a cabo todos los proyectos necesarios
para consolidar la fábrica, ampliar su
producción y expandir su mercado [Cat. 15
– 17]. Se cumplen ahora viejos proyectos
como la ampliación tanto de la fábrica de
cerámica artística como la de materiales de
construcción “San Francisco de Asís” o la
inauguración de una tienda-exposición en
Madrid en la calle Floridablanca, 3 (1922)
[Cat. 119]. La fábrica emprende sus más
ambiciosos proyectos y, en justa recompensa,
obtiene todo tipo de elogios, recompensas
y premios (véanse en la cronología
adjunta: 1915 – 1936)
Esta edad de oro se prolongaría hasta
1936, momento en el que la fábrica se enfrenta
a un nuevo periodo crítico con motivo
de la Guerra Civil. El Ayuntamiento de
Talavera de la Reina conserva un retablillo
cerámico de pared con la imagen de la Virgen
del Prado fechado en 3 de septiembre
de 1936 [Fig. 8]; se trata de la fecha en la
que Talavera fue tomada por el ejército de
Franco. Sin embargo, éste no fue el final
de la guerra en Talavera y los bombardeos
continuaron indiscriminadamente; la fábrica,
situada en la primera línea de fuego
frente a los obuses disparados desde el
Cerro Negro, sufriría cuantiosos destrozos
tanto en sus instalaciones (sala de ventas
y almacenes superiores, almacén de bizcochos,
almacén de azulejos y tejas esmaltadas,
taller de tornos, fragua, etc.) como en
la producción nueva y en la cerámica antigua,
produciéndose pérdidas irreparables.
del Prado fechado en 3 de septiembre
de 1936 [Fig. 8]; se trata de la fecha en la
que Talavera fue tomada por el ejército de
Franco. Sin embargo, éste no fue el final
de la guerra en Talavera y los bombardeos
continuaron indiscriminadamente; la fábrica,
situada en la primera línea de fuego
frente a los obuses disparados desde el
Cerro Negro, sufriría cuantiosos destrozos
tanto en sus instalaciones (sala de ventas
y almacenes superiores, almacén de bizcochos,
almacén de azulejos y tejas esmaltadas,
taller de tornos, fragua, etc.) como en
la producción nueva y en la cerámica antigua,
produciéndose pérdidas irreparables.
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