lunes, 21 de septiembre de 2015

HISTORIA DE LA CERAMICA DE RUIZ DE LUNA    Nº 5


Volviendo a los años iniciales de la fábrica,
otra de las grandes carencias que Juan
Ruiz de Luna trató de hacer ver a sus socios
capitalistas era la falta de inversión
en publicidad. La fábrica no contaba ni tan
siquiera con un catálogo y toda la propaganda
se realizaba entre los propios amigos.
Ruiz de Luna ve la necesidad de hacer
llegar la información de esta cerámica a
los arquitectos para que la contemplen en
sus proyectos, de exhibir sus productos allí
donde la demanda ha de ser segura –“donde
hay gusto y dinero”18–, de conceder la
venta exclusiva de sus productos a ciertos
establecimientos nacionales y extranjeros y
de participar en las Exposiciones Nacionales
(pone el ejemplo de la publicidad que
les ha aportado la de 1911 y el incremento
de encargos tras su paso por ella). Resulta
asombroso el trabajo desarrollado por
Ruiz de Luna para hacer llegar noticias de
la cerámica de la fábrica entre aquellos que
más interesados podían estar en ella o que
más podían ayudar a su divulgación en diferentes
ámbitos. Destacan en este sentido
los nombres del marqués de Comillas, de
Archer M. Huntington –fundador de la Hispanic
Society de Nueva York [Fig. 5]–, de
Mariano Benlliure, de Sorolla [Cat. 35] y de
numerosos arquitectos con los que se ejecutaron
algunos de los proyectos que más
temprana proyección dieron a la fábrica: L.
Belllido en Madrid, con el que se trabajó para
la Casa Cisneros; L. Rucabado, a través del
cual la cerámica de Ruiz de Luna encontró un amplio mercado en Bilbao; E. Daverio
en Granada; Amós Salvador en Irún; J. Mª
Mendoza y Ussía en Madrid; etc.
No obstante, todo lo hasta ahora comentado
no dejan de ser detalles concretos de una
situación general de cierta apatía y desinterés
por parte de los socios capitalistas de
Ruiz de Luna y que era el verdadero problema
de fondo al que el director-gerente de la
fábrica trataba de poner remedio a través
de las constantes solicitudes y recomendaciones
–“lamentos y lloros”– que platea en
sus memorias19. Ruiz de Luna señala una
y otra vez que las inversiones de capital
que se habían hecho eran “exiguas” e insuficientes
tanto para las adecuadas instalaciones
como para la compra de materias
primas, y en consecuencia “su desarrollo
comercial ha tenido que ser mezquino”. Lo
hasta ahora realizado, “que pudiéramos
llamar ensayo del renacimiento de esta industria”,
requería nuevas inversiones que
dieran estabilidad a la empresa. La falta de
recursos, por el contrario, había llevado en
apenas dos años a la fábrica al borde de su
derrumbamiento, consecuencia de lo cual
ya había sido la salida de la sociedad de
Enrique Guijo y su marcha a Madrid para
aceptar una plaza en la Escuela de Cerámica;
“determinación tristísima puesto que
ésta no era ocasionada por otras causas
que la carencia de recursos para hacer
frente a situaciones difíciles muy pasajeras.
Esto solucionaba al parecer varios puntos:
Primero, el ponerse a cubierto el señor Guijo
ante el fracaso probable del cierre de esta
Fábrica, puesto que en este caso él era el
más perjudicado, y Segundo, que caso de
seguir esta industria, serían muy beneficiosas
para esta casa sus gestiones en Madrid”
20. Las recomendaciones de Ruiz de Luna como director-gerente se concretaron
en las siguientes:
1) Gestionar del propietario de la casa-fábrica
y socio de esta industria (Marqués de
Villatoya), el que cediera en venta dicho
edificio con el fin de que todos cuantos gastos
de las obras de ampliación que necesita
y de las ya verificadas quedaran a beneficio
de la Sociedad.
2) Aumentar el número de obreros.
3) Construcción de un catálogo colorido
que diera idea de los objetos de esta fabricación.
4) Adquisición de Motor Eléctrico, Trituradora
de Arcillas y Molinos modernos de esmaltes
y colores.
5) Crear una sección de objetos modernizados
con nuevos elementos artísticos y sin
abandonar el cacharro típico talaverano.
6) Prescindir en lo posible de la fabricación
de loza ordinaria o de rosilla.
7) El azulejo industrial de dibujos repetidos
podría suplir con ventaja la fabricación de
loza ordinaria.
8) Una ampliación de capital de 150.000 pesetas
sólo para aumentar la producción de
objetos imitación de lo antiguo de Talavera,
azulejos y demás elementos decorativos de
la misma época.

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